8.11.09

No me chilles que... paso de ti

Parece que cuesta escuchar. Hablar se habla mucho, ahora escuchar... como mucho se oye y gracias.

A todos nos ha pasado que al discutir sobre algún tema en vez de escuchar lo que nos dice nuestro interlocutor, ya estamos pensando en lo siguiente que vamos a decir nosotros y la conversación se transforma en dos monólogos con poco sentido.

En los últimos días he tenido la desgracia de conocer a un ser que tiene la lamentable costumbre de interrumpir a todo quisqui cuando está hablando, pero eso no es lo peor, lo grave del asunto es que cuando alguien le contesta, eleva la voz y habla más deprisa ante el estupor de quien presencie el momentazo.

Soy de la opinión de que no soy quien para educar a nadie, para eso están los padres, familiares, la escuela y la famosa asignatura "Educación para la ciudadanía". Y a determinada edad esos factores intervienen poco, como para sustituirlos yo. Así que frente los tediosos y aburridos intentos de hacerle entender que eso es de mala educación, evito toda conversación o si la cosa es inevitable le sonrío, digo cuatro frases hechas y hasta luego lucas. Creo que cualquier otra cosa sería un agotamiento psicológico infructuoso.

(Es lo que tienen los domingos).

1 comentario:

omar dijo...

Paciencia, mucha paciencia... ;)