...Y vive en la voz de Elan Atias.
Lo cierto es que cuando le vi aparecer en el escenario pensé que me había confundido, yo esperaba a un negro con rastas o algo así y de repente apareció un pseudo Che-Guevara. Pero sí, eran los Wailers, o lo que queda de ellos, y sin duda Bob estaba presente a través de esa voz, incluso cerrando los ojos pudimos imaginar que estaba allí, cantando frente a nosotros.
Poco a poco se fue ganando al público, él y todos los demás, la sección de metales (miembros originales), el increíble guitarrista, el bajista (el tercero original), el batería y las coristas que no perdían el ritmo ni por un segundo.
Con alegato contra el hambre incluido, lograron conseguir la unión de todos los que allí estábamos en ese mantra-bucle que es el reggae. Durante unas dos horas nos olvidamos de los peor de este mundo y comulgamos con los ritmos jamaicanos de esperanza y alegría .
La sensación persiste el día después, y eso sólo lo consiguen los grandes...
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