Después de sobrevivir al enrarecido ambiente del metro, a las 7 horas de cola que hicimos, a varias locazas e incluso al ataque de un vampiro hambriento...llegó la hora de disfrutar de la música.
Como enanos, así nos lo pasamos viendo al tío George.
A escasos metros nos cantó la banda sonora de muchos días de nuestras vidas, vamos que si me muerde allí el vampiro, no saca ni gota.
Fastlove, Jesus to a Child y Careless Whisper: tres himnos que bordó en directo. Dirigió muchas veces el micrófono hacia el público para que compartiéramos la afonía del día después.
A esas horas el cuerpo ya estaba roto, pero se aguantó con alegría hasta el intermedio de 40 minutos que nos hizo, donde seguramente le dio tiempo a fumarse su ya mítica hierbita, porque volvió mucho más contento, jajaja.
http://www.youtube.com/watch?v=Uj9fs64b3FE
Durante ese intermedio el escenario se llenó con un gran Bush al que un perro británico (Tony) le estaba haciendo lo que la Lewinsky le hacía a Clinton. Como para volver a EEUU por la puerta grande, qué huevos...
Gracias Georgious.
Eso sí, si fumas, por favor, no conduzcas.
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