25.12.06
Another lonely Christmas
Como dice una canción del nano, esta ha sido una Navidad un poco más solitaria.
Nos ha dejado el profesor en la sombra de los grandes. Le da 1.000 vueltas a aquel que tanto movía las caderas, el de Memphis, pero las noticias se quedarán como siempre en aspectos morbosos de su vida personal.
Feliz viaje.
27.9.06
Like George to a child
Después de sobrevivir al enrarecido ambiente del metro, a las 7 horas de cola que hicimos, a varias locazas e incluso al ataque de un vampiro hambriento...llegó la hora de disfrutar de la música.
Como enanos, así nos lo pasamos viendo al tío George.
A escasos metros nos cantó la banda sonora de muchos días de nuestras vidas, vamos que si me muerde allí el vampiro, no saca ni gota.
Fastlove, Jesus to a Child y Careless Whisper: tres himnos que bordó en directo. Dirigió muchas veces el micrófono hacia el público para que compartiéramos la afonía del día después.
A esas horas el cuerpo ya estaba roto, pero se aguantó con alegría hasta el intermedio de 40 minutos que nos hizo, donde seguramente le dio tiempo a fumarse su ya mítica hierbita, porque volvió mucho más contento, jajaja.
http://www.youtube.com/watch?v=Uj9fs64b3FE
Durante ese intermedio el escenario se llenó con un gran Bush al que un perro británico (Tony) le estaba haciendo lo que la Lewinsky le hacía a Clinton. Como para volver a EEUU por la puerta grande, qué huevos...
Gracias Georgious.
Eso sí, si fumas, por favor, no conduzcas.
7.9.06
Libertad
Yo apenas recordaba esa sensación, tan necesaria como difícil de conseguir.
17.8.06
¡VAYA MORRO!
Justo así nos sentimos el lunes, como si alguien se estuviera riéndo de nosotros, por ejemplo cuatro sexagenarios.
Llevábamos pensando en ese día varios meses, desde que compramos las entradas, que por cierto la venta de las mismas fue cancelada varias veces (qué gran organización), hasta que reservamos el hotel y quedamos con más gente que iba a ir.
No me lo podía creer cuando me avisaron de la fatídica noticia. A dos horas de que saliera mi autobús hacia Pucela, ya era imposible cancelar el billete, así que decidí por lo menos disfrutar de una noche en el hotel que habíamos reservado.
Resultó difícil hasta subir al autocar, el conductor decía que tenía que llegar otro pero que si había plazas en el suyo nos llevaba él, pero buen hombre, si tengo reservado mi asiento!!! Parecían ganas de putear... Muchos de los que subímos íbamos al concierto y para más inri a una tía la llamaron infinitas veces al móvil e infinitas veces repitió que ya no había concierto. Pesadilla total.
La organización se ha lucido, los primeros que se olieron el pastel fueron los que estaban haciendo cola, que fliparon al ver que estaban desmontando el escenario. ¿A qué estaban esperando para dar la noticia? A muchos les pilló de camino y se dieron la vuelta dándose el gran palizón al volante.
Cuando llegamos al hotel tenían un recorte de prensa en recepción por si alguien no se había enterado "¿Qué veníais, al concierto...?" Allí había gente de todos los puntos de España, y vimos un montón más cuando salimos a cenar. Los garitos del centro tenían preparado una especie de homenaje al grupo, pero lo que menos me apetecía era escuchar su música. Así que nos dejamos sablar cenando en una terraza del centro, y a disfrutar de la noche de otras maneras.
A Bill Clinton seguro que no le cancelan la actuación que tienen preparada este sábado para su cumpleaños.
23.7.06
Con él compartimos el mar mediterráneo.
Hoy decían en el telediario que hay población que llega a los hospitales con huesos quemados sin que la piel haya sufrido daños. Al parecer investigan si Israel está utilizando armas ilegales.
Armas ilegales, qué paradoja. Lo cierto es que incluso la guerra tiene unas normas, o eso intentan hacernos creer. Y nadie está a salvo de esto.
25.6.06
23.6.06
Antes no me había animado a abrir un blog porque suelo considerarme más vaga de lo que soy, y eso me lleva a dejar de lado ciertas actividades que creo no voy a poder continuar una vez iniciadas.
Alguien dijo que cuando se empieza un proyecto, sólo con el hecho de iniciarlo ya se completa la mitad de él. Consideremos pues ésto como la mitad de un infinito.