17.8.06

¡VAYA MORRO!


Justo así nos sentimos el lunes, como si alguien se estuviera riéndo de nosotros, por ejemplo cuatro sexagenarios.

Llevábamos pensando en ese día varios meses, desde que compramos las entradas, que por cierto la venta de las mismas fue cancelada varias veces (qué gran organización), hasta que reservamos el hotel y quedamos con más gente que iba a ir.

No me lo podía creer cuando me avisaron de la fatídica noticia. A dos horas de que saliera mi autobús hacia Pucela, ya era imposible cancelar el billete, así que decidí por lo menos disfrutar de una noche en el hotel que habíamos reservado.

Resultó difícil hasta subir al autocar, el conductor decía que tenía que llegar otro pero que si había plazas en el suyo nos llevaba él, pero buen hombre, si tengo reservado mi asiento!!! Parecían ganas de putear... Muchos de los que subímos íbamos al concierto y para más inri a una tía la llamaron infinitas veces al móvil e infinitas veces repitió que ya no había concierto. Pesadilla total.

La organización se ha lucido, los primeros que se olieron el pastel fueron los que estaban haciendo cola, que fliparon al ver que estaban desmontando el escenario. ¿A qué estaban esperando para dar la noticia? A muchos les pilló de camino y se dieron la vuelta dándose el gran palizón al volante.

Cuando llegamos al hotel tenían un recorte de prensa en recepción por si alguien no se había enterado "¿Qué veníais, al concierto...?" Allí había gente de todos los puntos de España, y vimos un montón más cuando salimos a cenar. Los garitos del centro tenían preparado una especie de homenaje al grupo, pero lo que menos me apetecía era escuchar su música. Así que nos dejamos sablar cenando en una terraza del centro, y a disfrutar de la noche de otras maneras.

A Bill Clinton seguro que no le cancelan la actuación que tienen preparada este sábado para su cumpleaños.